
Arequipa tiene una arquitectura colonial y republicana en óptimas condiciones, la gestión para mantener su patrimonio arquitectónico me parece destacable, y los arquipeños o characatos lo saben y se siente su orgullo al preguntarles por cada detalle en el camino. El sillar (obtenido de la lava) es el elemento característico de sus construcciones, es el sello blanco que caracteriza a la ciudad, es el obsequio del Misti para los characatos, no se puede estar en Arequipa sin notar la presencia imponente del sillar.
Este fue otro viaje sin ver al volcán Misti a través del mirador Yanahuara, tal como suele verse en postales y videos promocionales, me quedo con ese deseo pero supongo que eso es tan sólo una señal que me indica que volveré pronto para verlo, admirarlo y recordar cada paso que ya he dado por las calles de la blanca ciudad.
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