Un caramelo en manos de un niño no es señal de alegría cuando se tienen seis años y de eso depende la comida del día.
Luz roja : el semáforo no se detiene por ella ni siquiera un instante. No hay nadie haciendo piruetas. En medio del ruido de los motores, una pequeñita gris juega con un desvencijado plástico negro a manera de cometa dentro del círculo inerte del cemento. Ausente, sale de su burbuja un momento para mostrarnos, sin palabras, inexpresiva, sus caramelos de limón.
Luz ámbar : su pequeño ceño fruncido no cambia ni con la venta. Ha vuelto a su burbuja y siguió jugando sin mirar nada más que sus pies sobre el concreto.
Luz verde : la niña ha quedado atrás, jugando en silencio, en medio del smog. He guardado la cámara, pero el caramelo ha perdido toda dulzura con su niñez.
1 comentario:
Realidades que encontramos en todas partes, considerando aún que los protagonistas deberían ser el futuro de nuestra - a veces - alicaida sociedad.
Algo parecido me tocó el mes pasado:
http://www.fotolog.com/kurotashio/?pid=13269441
Saludos nuevamente, y espero no te moleste haberme intrometido tanto en su blog :)
kurotashiO!
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