Este mes ha sido de reencuentros, muy emotivo y bastante enriquecedor... A inicios del mes llegó mi amiga de infancia Svetlana, Sive para los amigos, luego de 10 años y dos meses nos volvimos a ver, a veces el tiempo planificado se extiende. Para vernos tuve que ir a casa de mis padres, fue muy lindo salir e ir a la casa de al lado y preguntar por ella, como lo hacíamos en cada verano, o cuando ella desde su ventana gritaba "Giuliiiiiii, salessssssss?", cosas de chicos. Un abrazo de muchos minutos intentaron cubrir todo el tiempo y distancia recorrida, conversamos como "loras" toda la tarde, recordando tantísimas anécdotas y "poniéndonos al día" de nuestras vidas, de hecho el tiempo fue muy corto, los años nos cambian pero nuestra amistad no. Fue tan linda esa tarde, no sé cuantos años esperaremos para que se repita. Mi querida amiga "Pebbles" se llevó consigo ése sentirse de nuevo en casa que, bien dice ella, siempre lo lleva en su corazón, nuestro deseo de superación siempre marca nuestro rumbo, y ella ya lo tiene trazado lejos de casa, pero siempre será mi vecina y cómplice de tantas aventuras.
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Cruzando el charco llegó Anni, mi entrañable amiga con quien en tan poco tiempo compartimos muchas cosas, y conformamos un círculo fraternal con cuatro amigos más, su llegada no sólo refrescó este espíritu de compartir sino que nos recordó que las distancias no son barreras para ser amigos. Claro, esa semana que estuvimos juntas, comimos de todo ya que era su reencuentro con nuestra comida, entre vasos de chicha morada conversamos de todo, y con los cocteles experimentales de Ruth, conversamos mucho más, tantas preguntas, tantas respuestas, tantas historias. Mi querida Annikin, dejó mi casa llevándose gratos momentos que van más allá de las fotos, porque los mejores momentos no son fotografiados, y, como si fuera a dar una vuelta por el parque, salió y prometió no tardar en volver.
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Noviembre se va, Diciembre también, y el año ni hablar... cuánto hemos cambiado en este tiempo, cada segundo que vivimos algo de nosotros cambia, y aunque suene extraño, cuando te reencuentras con amigos que llenan tu vida sientes que el tiempo no existe y somos los mismos de siempre.