Cebollita? sí, Cebollita, rarísimo nombre para una mascota, más aún si es una tortuga. Mi hermana la adoptó cuando una señora fue a devolverla a la veterinaria porque ya no la quería, para el dueño del pet shop ya no era negocio mantener a una sola, así que mi hermana que tan sólo miraba animalitos se acercó a verla y se la regalaron, ella dice que hubo simpatía desde el primer momento.
Cuando era chica deseaba tener un perro, en casa nunca quisieron por miles de motivos, justificables algunos de ellos, llegué a bromear diciendo que la mascota perfecta sería una tortuga porque no hace bulla, no corre, no se escapa a la calle, no salta, no se sube a las piernas, no come mucho, no tienes que sacarla a pasear, etc, etc... siempre la tortuga como mascota fue broma para mí.
Mi hermana no sabía nada de tortugas hasta ese día, más allá de las Tortuninjas, claro. Consiguió varios tips para su cuidado, andaba con su Cebollita para todos lados, las podíamos ver juntas hasta salir a clases o en la biblioteca de la universidad, cuando vino a visitarme la tenía en la mano y diría que vi a una tortuga muy contenta, aunque esto suene raro. Los días pasaron y Cebollita se veía un poco indispuesta, no quería comer, y estaba ensimismada dentro de su caparazón, mi hermana no sabía qué hacer, así que volvió a donde se la regalaron, y sorpresa, "señorita, que no le mencioné que es una tortuga acuática?", pLoP!... pequeño detalle. Un acuario pequeño, muchas piedritas, algunos caracolitos recogidos del mar, algunos muñequitos de mi antigua colección de los jugadores de Space Jam y todo quedó listo para el nuevo hogar de Cebollita. Mi hermana me contó que la vio contenta nadando y ya no quería salir, obviamente. Luego, recordó que el agua tenía que estar tibiecita, pero que tan tibiecita?, le puso una lámpara que mantenía la temperatura en "tibiecita", misma incubadora de pollitos, hasta que le compró un termostato, felizmente. Ahora, Cebollita está feliz, hasta juega con el caparazón que fuera de un erizo, la empuja y trata de explorarla por dentro. Quién podría pensar que las tortugas hicieran algo más que caminar lentamente.
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Eve y Cebollita en poco tiempo han compartido muchas cosas pero ahora se separarán por buen tiempo, Cebollita estará en su acuario adornando el salón del patio en casa de mis padres y Eve vendrá a vivir conmigo, algunas alergias a las tortugas impide su estadía por estos lares, ambas están tristes pero hasta en esas cosas tenemos que aprender a seguir el camino que en algún momento las pueda unir nuevamente.