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Según me contó Segundo García, uno de los artesanos, el nombre lo tomaron cuando unos investigadores alemanes hicieron un registro fotográfico de los pobladores y los huaco retrato, y encontraron muchas similitudes, especialmente en esta familia, "Los García", a estos foráneos les pareció inconcebible que pese a la mezcla étnica aún se mantengan los rastros de estos rostros.





El bus nunca llegó, nos vamos a las Huacas a seguir nuestra observación, no sin antes escuchar a Javier tocando al místico pututo despedirnos acompañados tras el canto de "Conache", un perro viringo, también milenario heredero de nuestra cultura.